martes, 12 de noviembre de 2019

El Uruguay neobatllista

EL NEOBATLLISMO (1946-58)

    El nombre Neobatllismo alude al sector del Partido Colorado que liderado por Luis Batlle Berres intentó profundizar el reformismo  iniciado a comienzos del siglo por José Batlle y Ordoñez y buscó el progreso económico mediante el desarrollo industrial y la intervención estatal. En un sentido amplio se usa el nombre “período o época neobatllista” para referirse a aquellos años en que ese sector político predomina y, desde el gobierno,  intenta poner en práctica sus ideas (desde 1947 a 1958)
   
    EL MARCO INTERNACIONAL: LA POSTGUERRA.-
    El año 1945 marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de un mundo de postguerra dividido en torno a las dos potencias que surgían : EEUU y la URSS. Uruguay estaba en la órbita económica y diplomática de EEUU, como el resto de América La-  tina, y la vinculación con  aquella potencia se estrechó aún más con la decadencia de Europa Occidental y especialmente de Inglaterra que había sido su principal inversionista y cliente comercial.
    Las conferencias, acuerdos y organismos panamericanos, donde se establecían vínculos entre los paises americanos, pero también se consolidaba la hegemonía norteamericana, se fueron sucediendo. En 1945 se firmó el Acta de Chapultepec que establecía el uso de sanciones para aquellos paises que atacaran a estados americanos y daba carácter permanente a algunos organismos creados durante la Segunda Guerra. En 1947 se firmó el Tratado Interamericano de Asistencia Colectiva que establecía la ayuda militar recíproca en caso de agresión exterior. En 1948 la Conferencia de Bogota creó la Organización de Estados Americanos que durante muchos años funcionó como simple aval de las directivas norteamericanas para “sus hermanos del sur”. Todas estas medidas servían a la política norteamericana que trataba de solidificar su bloque frente al bloque opuesto ( formado por la URSS y los países de Europa Oriental) a medida que se intensificaba la Guerra Fría (conflicto de Berlín, guerra de Corea, etc).

    La vinculación de los países latinoamericanos con EEUU no sólo era política o militar. Las inversiones norteamericanas , ya importantes en América Central y el Caribe, se fueron extendiendo hacia Sudamérica desplazando a los ingleses. Las inversiones de EEUU presentaban características distintas a las que habían realizado Inglaterra; mientras ésta había volcado el grueso de sus inversiones en servicios públicos (ferrocarriles, aguas corrientes, tranvías), los norteamericanos instalaban industrias livianas cuyo abastecimiento en maquinaria, repuestos y combustibles se hacía desde el poderoso país del norte reforzando la dependencia.
    Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial Uruguay contaba con una importante reserva en oro y divisas.Los países europeos en guerra y EEUU habían aumentado las compras de productos uruguayos y su situación bélica no les permitía abastecer a nuestro país de sus productos industrializados, por lo tanto Uruguay aumento sus exportaciones y disminuyó sus importaciones. En muchos casos estas se debieron sustituir por producción nacional aumentando la industrialización y la demanda de mano de obra.
    La situación económica favorable se reflejó en la creencia colectiva de la excepcionalidad del Uruguay resumida en la entusiasta frase “como el Uruguay no hay” que se vio confirmada en el éxito deportivo de Maracaná en 1950. La confianza y el optimismo alejaban a los uruguayos de cualquier aproximación con los paises emergentes del Tercer Mundo cuyo llamado de unión para formar un movimiento de paises no alineados no tuvo eco en nuestro país. Esa bonanza económica (reforzada con la guerra de Corea) permitió una convivencia social integrada, sin graves conflictos sociales ni políticos y sin que las clases dominante necesitaran recurrir a gobiernos autoritarios o a golpes de estado, dando pie a la afirmación de que Uruguay era “la Suiza de América”.

  Las ideas de Luis Batlle.- Había nacido en Montevideo en 1897 y habiendo quedado huérfano a los 11 años pasó a vivir con su tío José Batlle y Ordoñez junto a los hijos de éste César, Rafael y Lorenzo. Cursó estudios de Derecho y Medicina y también de Aviación Militar pero no culminó ninguno de ellos para dedicarse de lleno a la política y al periodismo político. Fue diputado a los 25 años y debió exiliarse cuando el golpe de Terra en 1933. En 1936 regresó al país y compró CX 10 Radio Ariel. Había sido periodista del diario de su tío, “El Día”, y tempranamente valoró la importancia de los medios de prensa para tomar contacto con amplios sectores de la población. En 1948 fundó du propio diario, “Acción”, desde donde va a difundir sus ideas.
    Sus ideas reformistas y populistas lo fueron distanciando de sus primos, los hijos de José Batlle y Ordoñez y dueños de “El Día”, y ante la hostilidad de éstos formó su propio sector dentro del batllismo que usó el número de lista 15. Se rodeó de nuevas figuras, jóvenes , con posturas progresistas y una actividad política impetuosa, como, por ejemplo, Manuel Flores Mora, Luis Hierro Gambardella y Zelmar Michelini. En 1946 sus primos impidieron que fuera candidato a intendente de Montevideo considerando que dicho cargo le daría popularidad y le serviría para lanzarse luego a la presidencia. Aceptaron que se postulara como vicepresidente porque dicho cargo era secundario y sin contacto popular. Pero la muerte inesperada del presidente Berreta lo puso al frente del país.
    Las ideas de Luis Batlle partían del batllismo original, el de “don Pepe”, con algunas adaptaciones al mundo de postguerra:
    a) El reconocimiento de que se vivía una época de cambios profundos que no podían frenarse y que era necesario aceptar, moderándolos y adecuándolos a nuestra realidad. El estado tenía un papel importante para introducir esos cambios e incluso adelantarse a los acontecimientos previendo que si los cambios no se hacían a tiempo podían desencadenar su imposición por la fuerza.
    b) La búsqueda de justicia social, mejores condiciones de vida para los trabajadores, pero dentro del orden, respetando la ley y la propiedad privada, la libertad de prensa y los derechos individuales. El estado debía garantizar la igualdad de oportunidades a través de la educación pública y de fácil acceso para todos. La propuesta consistía en amortiguar la lucha de clases a través de la redistribución de los ingresos pero sin oponerse a la existencia de clases sociales.
   c) En el plano económico puso el acento en el desarrollo de la industria considerando que además de producir riqueza generaba fuentes de trabajo. La industrialización debía ser promovida y defendida por el estado a través de la protección aduanera, tipos de cambio favorables, menos impuestos, etc.
   d) Como en el batllismo inicial el estado debía intervenir jugando un papel de árbitro entre los intereses enfrentados (por ejemplo entre trabajadores y empresarios o entre los distintos sectores productivos). El estado actuaba como tutor dirigiendo la economía pero sin sustituir ni oponerse al capital privado. El estado debía encargarse de aquellas actividades que se consideraban servicios públicos o que requerían un nivel de inversión que no podían hacer las empresas privadas.
   
    El proyecto neobatllista se pone en marcha (1947-1951).
- En el discurso de asunción de la presidencia Luis Batlle cuales serían los objetivos que intentaría cumplir en materia económica: 1) proteger y fomentar las industrias; 2) estimular algunas actividades como la lechería, la agricultura y la ganadería intensivas; 3) promover la subdivisión de la tierra. Algunas de estas propuestas , sobretodo la última, provocaba el rechaza de los sectores ganaderos más conservadores.
    Luis Batlle trató de lograr alianzas con otros sectores políticos dentro y fuera del Partido Colorado. Se entrevistó con el principal dirigente blanco, Luis Alberto de Herrera, llegando a una “coincidencia patriótica”: el herrerismo apoyó algunas de las medidas del presidente y a cambio éste designó a varias figuras herreristas para cargos jerárquicos. Estas designaciones a cambio del apoyo, que la población llamaba “el reparto”, significó un aumento considerable de los puestos en la administración pública y el consiguiente aumento de los gastos ( por ejemplo el Instituto de Jubilaciones se dividió en las Cajas de Industria y Comercio, Civil y Rural lo que implicó la creación de 15 cargos de directores). Pero pronto el herrerismo pasó a hacer oposición al gobierno reflejando las posturas de los sectores rurales .
    Una de las primeras obras de gobierno fue la nacionalización de los ferrocarriles, los tranvías y las aguas corrientes que estaban en manos de empresas inglesas. En realidad la nacionalización fue la forma de cobrar la deuda que Inglaterra tenía con Uruguay y practicamente fue impuesta como solución por los ingleses en lugar de pagar con las libras que debió recibir nuestros país por las ventas de carne y lana. Las autoridades inglesas reconocieron que para ellos fue un negocio esta forma de pago (la deuda era de 17 millones de libras y el monto fijado de las empresas “compradas” era de 12 millones) y desde el herrerismo se dijo que el gobierno había comprado “un montón de fierros viejos” debido al estado de deterioro de los ferrocarriles. Con las empresas nacionalizadas se crearon nuevas empresas estatales: con los tranvías se creó la Administración Municipal de Transportes (AMDET, 1947), con los ferrocarriles se formó laAdministración de ferrocarriles del Estado (AFE, 1952) y con las aguas corrientes se instalaron las Obras Sanitarias del Estado (OSE, 1950). De esta manera se amplió la esfera de acción del estado en la economía y se aumentó el número de funcionarios públicos, multiplicándose las oportunidades de ofrecer empleos públicos a cambio de votos.
    La subdivisión de la tierra como forma de terminar con el latifundio y mejorar la producción agropecuaria fue encarada con la creación del Instituto Nacional de Colonización (1948). Este tenía como cometido comprar latifundios improductivos, dividirlos y repartirlos entre colonos a quienes se apoyaría con la difusión de mejoras técnicas. La Asociación Rural y la Federación Rural se opusieron y acusaron al gobierno de querer implantar “una reforma agraria de tipo comunista”. La oposición de estos sectores y la propia timidez del gobierno al no impulsar una reforma más concreta impidieron que el Instituto de Colonización cumpliera la función para la que había sido creado.
   Con respeto a la industria el neobatllismo aplicó el dirigismo estatal, o sea el estado la benefició a través de diversos instrumentos como el contralor de comercio exterior, el control de cambios o los creditos del Banco República. En primer lugar el gobierno de Luis Batlle mantuvo el Contralor de Exportaciones e Importaciones creado en 1941 y que establecía los destinos de las exportaciones, la procedencia de las importaciones y el valor de los dólares que se recibían de los exportadores (por los productos uruguayos vendidos en el extranjeros) y el valor de los dólares que se entregaban a los importadores (para comprar productos en el exterior). Por   ejemplo, en 1947 se fijó en 1,52 pesos lo que recibirían los exportadores (de carne, lana, etc) por cada dólar que ellos recibían del exterior y que debían entregar al Contralor de Exportaciones; y a los importadores uruguayos se les cobraba 1,90 pesos por cada dólar que se les entregaba para pagar mercadería importada. La diferencia de 38 centécimos por dólar quedaba en manos del estado para dar créditos a los industriales, o cobrarles menos impuestos, o cobrarles menos los dólares que precisaban para importar combustible o maquinaria. Se producía una transferencia de ingresos desde un sector (los exportadores agropecuarios, o sea los estancieros) hacia otro sector (los industriales).
    La cantidad de pesos que los importadores debían pagar por cada dólar que el estado les entregaba para importar un producto extranjero subía o bajaba de acuerdo a la opinión que el Contralor de Importaciones tenía de la necesidad o no de importar ese artículo. Por ejemplo si era combustible o maquinaria o materia prima para las fábricas eran menos pesos, pero si eran artículos suntuarios o que se podían hacer ene el país debían pagar menos. En l947 un decreto clasificó las importaciones en tres categorías fijando distintos valores a los dólares entregados o sea tipos de cambio múltiples. Dos años después la clasificación en tres tipos también se aplicó a las exportaciones. En los años 50 el sistema se hizo más complejo y los valores y permisos se otorgaban empresa por empresa llegando a pesar el favoritismo político y el amiguismo.
    También se protegió a la industria nacional mediante el sistema arancelario (impuestos de aduana) poniendo impuestos altos a los productos extranjeros que podían competir con los fabricados en Uruguay o bajando los impuestos a aquellas importaciones necesarias para las industrias como maquinaria y combustibles. Otras medidas fueron el no cobro de impuestos a las industrias nuevas o a la ampliación o modernización de fábricas y los préstamo del Banco República con bajos intereses a largo plazo.
    Estas medidas y la situación internacional (los países europeos, tradicionales abastecedores de productos industrializados, estaban en plena reconstrucción después de la guerra) favorecieron el crecimiento industrial. Pero este crecimiento fue desparejo. Se destacaron las industrias dinámicas en contraposición con las tradicionales. Entre las primeras se encuentran: productos eléctricos, química, derivados del petróleo, etc; entre las segundas: alimentos, bebidas, cueros, etc. La mayor parte de la producción se dedicaba al consumo interno con la excepción de los tops (lana lavada y peinada) que se exportaba. El desarrollo industrial también benefició a otros sectores económicos como ciertos cultivos vinculados a la industria (remolacha, caña de azúcar, cebada cervecera, maní, tabaco, girasol, arroz).
    Los sectores rurales vinculados a la producción de carne y lana se opusieron a esta política de protección industrial considerando que se alentaba la creación de “industrias ficticias” que se sostenían solamente por el respaldo del estado y a costa de la transferencia de ingresos desde la ganadería. Afirmaban que el “destino natural” del Uruguay era la ganadería y que el batllismo seguía gobernando de espaldas al campo.
    Las medidas económicas fueron acompañadas por medidas de carácter social. Se creó el Consejo Nacional de Subsistencias (1947) para controlar los precios de los artículos de primera necesidad y se subsidiaron los alimentos básicos como la carne, el pan y la leche(el estado daba una compensación a los productores y fijaba el precio de la venta al público). Desde 1943 venían funcionando los Consejos de Salario donde obreros y patrones discutían los salarios que se pagarían y el estado participaba a través de un delegado. Durante el periodo de presidencia de Luis Batlle los delegados del estado acompañaban la posición de los obreros lográndose mejoras en el salario real. Además el estado absorbió mano de obra a través del empleo público no existiendo desocupación a pesar que el campo seguía expulsando trabajadores. Se creó el Consejo de Asignaciones Familiares extendiendo los beneficios que recibían que recibían las familias de los trabajadores (prestaciones a los hijos de los trabajadores, asistencia hospitalaria en el parto, salario por maternidad, etc. Estas medidas complementaban otras tomadas en el período de gobierno anterior (indemnización por despido a todos los trabajadores, derecho a vacaciones pagas, compensación por desocupación y bolsas de trabajo para los obreros de frigoríficos y barracas de lana y cuero, estatuto del peón rural) que hicieron de los años 40 una década de triunfos para los reclamos de los gremios obreros. En muchos casos las leyes que beneficiaban a los trabajadores se obtenían después de prolongados y violentos conflictos como el de los trabajadores de las barracas de lana que debieron enfrentarse con rompehuelgas armados y el intento de crear “sindicatos amarillos”.
    En 1948 se separó la Caja de Jubilaciones en tres organismos: Civil, Industria y Comercio, Rural y Servicio Doméstico. El sistema se burocratizó por la designación de muchos funcionarios que además no ingresaban por capacidad sino por afinidad partidaria. Se dieron jubilaciones a temprana edad (hombres con 55 años de edad y 35 de trabajo, despedidos con 10 años de trabajo, mujeres con hijos pequeños) aumentando considerablemente el número de pasivos disminuyendo la capacidad financiera de las cajas. El clientelismo politico, el uso de las “recomendaciones” de los dirigentes políticos corrompió el sistema jubilatorio: personas con derecho a jubilarse veían demorados sus trámites y debían recurrir a algún “político para mover el expediente”, mientras que otros sin causal jubilatoria obtenían una rápida jubilación presentando una “tarjeta de recomendación”.

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