miércoles, 10 de octubre de 2018

América Latina y EEUU las relaciones entre 1939-1973


Las relaciones con Estados Unidos y América Latina
Entre 1939 y 1941, el gobierno de los Estados Unidos desarrollo intensas gestiones  diplomáticas en América Latina con el objetivo de lograr  la neutralidad de los países  de la región en la guerra y asegura la protección  de la paz en el hemisferio occidental.
En la Conferencia de Ministros de Asuntos Exteriores americanos celebrada en Panamá en setiembre de 1939, por iniciativa del representante de Estados Unidos, se decidió el establecimiento de un 
Comité Asesor Interamericanos Económico y Financiero (CAIAFE). El mismo creó a su vez una Comisión Interamericana de Desarrollo para estimular el intercambio no competitivas a los Estados Unidos, el comercio interamericano y el desarrollo de la industria latinoamericana. En 1940 se establecieron una Compañía  de Reserva de Caucho y una Compañía de Reserva de Metales para adquirir y almacenar materias primas estratégicas utilizadas en la producción de armas y municiones en América Latina y otras partes del mundo. También se creó un Banco de Exportaciones e importaciones que contó con el capitales estadounidenses y se convirtió en un instrumento de control  por parte de Estados Unidos sobre las fuentes de materias primas sobre la región. El Banco otorgó un importante crédito a Brasil para construir una planta siderúrgica en Volta Redonda, proyecto que la empresa Alemana Krupp había mostrado interés en apoyar.
Después del ataque de Japón contra la base Pearl Harbor, los Estados Unidos se involucraron más directamente en el conflicto y exigieron a los gobiernos latinoamericanos el apoyo a la causa de los Aliados. En la Conferencia de Ministros de Asuntos Exteriores , celebrada el Río de Janeiro en 1942, el representante estadounidense presionó para que se tomara la decisión de romper relaciones diplomáticas con y económicas con las potencias del Eje. Esta propuesta fue aceptada por la mayoría de los Estados, con excepción de Argentina y Chile.
A partir de entonces, los Estados Unidos aumentaron las compras de insumos estratégicos a varios países latinoamericanos que habías declarado la guerra  a Alemania y facilitaron el otorgamiento de créditos para la construcción de carreteras y para la adquisición de equipos de transportes y maquinarias. En particular, dieron prioridad especial a los requerimientos de bienes de capital para la industria brasileña e impulsaron, a través de diferentes "convenios de cooperación", el desarrollo de la industria siderúrgica (hierro y acero) en Perú y en México. 
Argentina y Chile fueron los países que por más tiempo se negaron a declarar la guerra al Eje y, por esta razón, sufrieron sanciones comerciales y financieras. Sin embargo, Gran Bretaña intercedió a favor de Argentina , ya que este último era el principal proveedor de productos vitales para la continuidad de las acciones de las tropas británicas en el frente _tales como carne enlatada para la alimentación de los saldados, cuero para el mantenimiento de los armamentos y aceite de linaza para el camuflaje_.
La intervención de los Estados Unidos en las economías latinoamericanas durante la Segunda Guerra Mundial tuvo efectos contradictorios. Por un lado, su interés por mantener bajo su control la producción de insumos estratégicos impulsó el desarrollo de algunas industrias básicas. Pero, sin embargo, este desarrollo no aumentó la autonomía latinoamericana; por el contrario, significó un abrumador  crecimiento de la influencia estadounidense en la región.
Tras el inicio de la Guerra Fría, la relación entre la superpotencia y Latinoamérica cambió radicalmente. Los distintos gobiernos de la región ya no serían evaluados según su adhesión a los principios democráticos occidentales, sino más bien según su cercanía o distancia del bloque soviético y su grado de sumisión a las directrices norteamericanas. Estados Unidos propició la creación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), en 1947, y de la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1948, con el fin de asegurarse la lealtad de los países de la región en caso de alguna amenaza proveniente del mundo socialista.
Entre 1961 y 1970, Estados Unidos creó la Alianza para el Progreso. Este plan fue propuesto por el presidente John F. Kennedy como una forma de ayuda económica y social para América Latina, siendo una estrategia para contener la propagación de movimientos revolucionarios en la región.

Texto realizado gracias a datos de:
"Historia del Mudo Contemporáneo", Alonso, Vázquez y Giavón. AIQUE, Polimodal. Bs.As. 2005
"Historia, Geografía y Ciencia Sociales"Editorial Santillana, Chile 2009


Situación económica en el periodo 1950-1973
Al comenzar la década de 1950, las economías de los países de América Latina mostraban un comportamiento desigual. Tres naciones: México, Brasil y Argentina —las más extensas y pobladas— habían alcanzado un considerable grado de diversificación productiva y poseían una industria en crecimiento, principalmente en las ramas química, petroquímica, metalúrgica y de maquinaria; en seguida se encontraban los países de nivel medio —Chile, Colombia, Perú, Uruguay y Venezuela—, los cuales contaban con industria textil además de una incipiente industria química y metalúrgica; por último, en los restantes países de Centroamérica, las Antillas y el Cono Sur, la industria no había avanzado más allá de la producción de alimentos y tejidos, y todavía se mantenía a la agricultura como su actividad principal.

El proceso de industrialización mediante la sustitución de importaciones, puesto en marcha por los países latinoamericanos, se había originado como efecto de una situación de crisis económica mundial, y pudo mantenerse durante un periodo prolongado debido en gran parte a los conflictos económicos y políticos enfrentados por Estados Unidos entre 1929 y 1953. Sin embargo, una vez terminada la Guerra de Corea en 1954, Estados Unidos inició su recuperación económica, pudo retomar su puesto hegemónico e imponer a los países latinoamericanos nuevas formas de dependencia tanto en lo económico, con inversiones en bienes de capital y exportación de insumos industriales, como en lo político, presionando a los gobiernos del continente a adherirse al bloque occidental en el contexto de la Guerra Fría.

Al restaurarse la economía de Estados Unidos cambiaron las circunstancias político- económicas en el ámbito mundial, se restableció el comercio entre Estados Unidos y las economías europeas, lo cual provocó que las economías de los países latinoamericanos más avanzados comenzaran a manifestar algunos signos negativos, pues además de que en el comercio internacional se dio una fuerte discriminación contra las exportaciones latinoamericanas, cuando los estadounidenses estuvieron nuevamente en condiciones de destinar fuertes inversiones hacia el sector industrial al sur de sus fronteras, el modelo de crecimiento hacia adentro se vio seriamente afectado.

En el marco de la Alianza para el Progreso, creada por el presidente Kennedy, entre 1961 y 1965 América Latina recibió de Estados Unidos inversiones de capital por un promedio de 1,600 millones de dólares (mdd) anuales, cantidad aumentada hasta 2,600 mdd entre 1966 y 1970, y a 7,600 mdd entre 1971 y 1975. El financiamiento externo permitió que las economías industriales latinoamericanas mantuvieran un ritmo de crecimiento estable, que en los años de 1960 representó el 5.6% y en la década de 1970 llegó a un 5.9%. El crédito externo ayudó también a solucionar de momento los déficits presupuestales de los gobiernos, causados no sólo por las políticas proteccionistas que reducían la posibilidad de ingresos mediante el sistema de impuestos, sino porque la creciente participación del Estado en las actividades económicas provocaba un aumento del gasto público que obligaba a buscar otras fuentes de ingreso. Pero esta vía de solución provocó un creciente aumento de la deuda externa al grado de que, a fin de pagar intereses a los acreedores, los países tuvieron que recurrir a nuevos préstamos volviendo más severa la situación de dependencia económica con respecto a Estados Unidos, y generando un desequilibrio en la balanza de pagos de los países que habían intentado el camino del desarrollo.

Como medio de restaurar el equilibrio financiero, los gobiernos latinoamericanos instauraron políticas económicas utilizando una estrategia estabilizadora que consistió en reducir el gasto público fijando precios y salarios en un intento por mantener, cuando menos, aunque no consiguieran elevarse, los niveles de crecimiento logrados hasta entonces. Estas políticas, que en algunos casos tuvieron éxito a corto plazo (por ejemplo el “milagro mexicano” entre 1955 y 1965), a la postre desembocaron en drásticas devaluaciones y en una inflación creciente que detuvo el ritmo del crecimiento económico y derrumbó las expectativas de mejorar el nivel de vida de los sectores sociales más desfavorecidos.

El modelo de desarrollo económico hacía evidente su deterioro en momentos en que el mundo occidental se convulsionaba con la rebelión de la juventud estudiantil, lo cual se constituyó en expresión del descontento político y social y, muy particularmente, dirigía su protesta contra las viejas estructuras que no habían sabido adecuarse a las circunstancias del mundo en transformación. Con Francia como epicentro, la rebelión juvenil se manifestó en varios países europeos, en Estados Unidos y en México. En este último, la protesta juvenil tuvo un trágico desenlace al ser aplastada brutalmente durante la llamada “Noche de Tlatelolco” (2 de octubre de 1968) en la ciudad de México, cuando las autoridades gubernamentales —bajo la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz— dispararon contra la multitud congregada en un mitin. La cifra probable de muertos fue de más de 300 y los heridos sumaron miles, así como las personas aprehendidas. La tremenda represión, ocurrida días antes de que dieran comienzo los XIX Juegos Olímpicos, de los que México era sede, caló profundamente en la sociedad mexicana y obligó al siguiente gobierno a rectificar su papel frente a la juventud; el régimen adoptó una posición de apertura democrática que resultó ser más aparente que real.

Crisis

Además de las condiciones adversas de la dependencia, en los países industrializados de América Latina existían factores internos derivados del mismo modelo de desarrollo. A lo largo del proceso, y conforme fue creciendo la industria de manufactura con bienes duraderos (industria pesada), se requirió de mayores insumos y de tecnología más moderna que necesariamente debía adquirirse en el exterior; se llegó a una situación en la que aumentaban considerablemente las importaciones mientras disminuían las exportaciones en variedad y en cantidad, lo que reducía la entrada de divisas. Esto trajo como consecuencia que el sector exportador volviera a concentrarse en productos tradicionales como el petróleo, que constituyó a partir de entonces, principalmente para México y Venezuela, la fuente proveedora de las divisas necesarias para la importación de insumos. Eso creó una situación vulnerable que tendría graves secuelas que se hicieron evidentes al ocurrir la crisis del petróleo en 1973. De esta manera, el capital extranjero, predominantemente estadounidense, llegó a dominar las áreas más dinámicas de la economía latinoamericana en esta nueva etapa, caracterizada fundamentalmente por el desarrollo de la industria de transformación.

El crecimiento de la deuda se manifestó con mayor claridad a partir de la década de 1970, a causa del aumento en la importación de capitales extranjeros para cubrir las necesidades financieras de los programas de desarrollo. Durante esos años la banca internacional estuvo particularmente interesada en otorgar créditos a los países en vías de desarrollo, e incluso a algunos países socialistas, con el fin de reducir la pobreza como parte de la estrategia anticomunista característica de la Guerra Fría. Pero esta ayuda financiera aumentó la carga de la deuda externa, la cual hizo crisis en los primeros años de la década de 1980, la llamada década perdida.

Fuente:"El mundo moderno y contemporáneo", Gloria M. Delgado de Cantú, 2006

URSS, algunas caracteristicas





Revoluciòn Cubana


REVOLUCION CUBANA
Visiones de los revolucionarios y diagnósticos sobre la situación cubana.
Actividad de comprensión y trabajo con texto para producir tablas de datos o cuadros.
CASTRO: “LA HISTORIA ME ABSOLVERÁ”

El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo; he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política.
Quizás luzca fría y teórica esta exposición si no se conoce la espantosa tragedia que está viviendo el país en estos seis órdenes, sumada a la humillante opresión política.
El 85% de los pequeños agricultores cubanos están pagando renta y viven bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas. Más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas, están en manos extranjeras en Oriente, que es la provincia más ancha (las tierras de la United Fruit Company y la West Indian, unen la costa norte con la costa sur). Hay doscientas mil familias campesinas que no tienen una vara de tierra donde sembrar una vianda para sus hambrientos hijos; y, en cambio, permanecen sin cultivar en manos de poderosos intereses, cerca de trescientas mil caballerías de tierras productivas. Si Cuba es un país eminentemente agrícola, si su población es en gran parte campesina, si la ciudad depende del campo, si el campo hizo la independencia, si la grandeza y prosperidad de nuestra Nación dependen de un campesinado saludable y vigoroso que ame y sepa cultivar la tierra, de un Estado que lo proteja y oriente, ¿cómo es posible que continúe este estado de cosas?
Salvo unas cuantas industrias alimenticias, madereras y textiles, Cuba sigue siendo una factoría productora de materias primas. Se exporta azúcar para importar caramelos, se exportan cueros para importar zapatos, se exporta hierro para importar arados... Todo el mundo está de acuerdo en que la necesidad de industrializar el país es urgente, que hacen falta industrias metalúrgicas, industrias de papel, industrias químicas; que hay que mejorar las crías, los cultivos, la técnica y elaboración de nuestras industrias alimenticias, para que puedan resistir la competencia ruinosa que hacen las industrias europeas de queso, leche condensada, licores y aceites y las conservas norteamericanas; que necesitamos barcos mercantes, que el turismo podría ser una enorme fuente de riquezas; pero los poseedores del capital exigen que los obreros pasen bajo las horcas caudinas, el Estado se cruza de brazos y la industrialización espera para las calendas griegas
Tan grave o peor es el problema de la vivienda. Hay en Cuba doscientos mil bohíos y chozas; cuatrocientas mil familias del campo y de la ciudad viven hacinadas en barracones, cuarterías y solares sin las más elementales condiciones de higiene y salud; dos millones doscientas mil personas de nuestra población urbana pagan alquileres que absorben entre un quinto y un tercio de sus ingresos; y dos millones ochocientos mil de nuestra población rural y suburbana carecen de luz eléctrica Aquí ocurre lo mismo: si el Estado se propone rebajar los alquileres, los propietarios amenazan con paralizar todas las construcciones; si el Estado se abstiene, construyen, mientras puedan percibir un tipo elevado de renta, después no colocan una piedra más aunque el resto de la población viva a la intemperie; otro tanto hace el monopolio eléctrico: extiende las líneas hasta el punto donde pueda percibir una utilidad satisfactoria, a partir de allí no le importa que las personas vivan en las tinieblas por el resto de sus días. El Estado se cruza de brazos y el pueblo sigue sin casas y sin luz.
Nuestro sistema de enseñanza se complementa perfectamente con todo lo anterior en un campo donde el guajiro no es dueño de la tierra ¿para qué quieren escuelas agrícolas? En una ciudad donde no hay industrias ¿para qué se quieren escuelas técnicas o industriales? Todo está dentro de la misma lógica absurda: no hay ni una cosa ni otra. En cualquier pequeño país de Europa existen más de doscientas escuelas técnicas y de artes industriales; en Cuba, no pasan de seis, y los muchachos salen con sus títulos sin tener donde emplearse. A las escuelitas públicas del campo asisten descalzos, semidesnudos y desnutridos menos de la mitad de los niños en edad escolar, y muchas veces es el maestro el que tiene que adquirir con su propio sueldo el material necesario. ¿Es así como puede hacerse una patria grande?
De tanta miseria sólo es posible librarse con la muerte; y a eso sí los ayuda el Estado: a morir. El noventa por ciento los niños del campo está devorado por parásitos que se les filtran desde la tierra por las unas de los pies descalzos. La sociedad se conmueve ante la noticia del secuestro o el asesinato de una criatura, pero permanece criminalmente indiferente ante el asesinato en masa que se comete en tantos miles y miles de niños que mueren todos los años por falta de recursos, agonizando entre los estertores del dolor y cuyos ojos inocentes -ya en ellos el brillo de la muerte- parecen mirar hacia lo infinito como pidiendo perdón por el egoísmo humano y por qué no caiga sobre los hombres la maldición de Dios.
Y cuando un padre de familia trabaja cuatro meses al año ¿con qué puede comprar ropa y medicinas a sus hijos? Crecerán raquíticos, a los treinta años no tendrán una pieza sana en la boca, habrán oído diez millones de discursos y morirán al fin de miseria y decepción. El acceso a los hospitales del Estado, siempre repletos, sólo es posible mediante la recomendación de un magnate político que le exigirá al desdichado su voto y el de su familia para que Cuba siga siempre igual o peor.
(Tomado de D Elía, “Historia Contemporánea”, Tomo II, E.B.O. )

1-Realiza seis columnas, una con cada uno de los problemas de Cuba (tierra, industrialización, vivienda, desempleo, educación y salud). Llena las columnas con la información que te da el texto.
2-¿Cuáles son las preocupaciones de Castro respecto a lo planeado?

HISTORIA PARA QUÉ, LOS PROTAGONISTAS Y LOS PROCESOS DE LA HISTORIA RECIENTE Y CONTEMPORÁNEA

  ¿PARA QUÉ LA HISTORIA? elaboración personal. PIENSA, AL MENOS TRES FUNCIONES O UTILIDADES DE LA HISTORIA. EXPLÍCALAS... ¿QUIENES PROTAGO...