REPASEMOS LA SITUACIÓN DE ALEMANIA TRAS LA II GUERRA MUNDIAL
Los
acuerdos interaliados, habían estipulado que la antigua capital del Reich, así
como el resto de Alemania sería ocupada y administrada provisionalmente por las
tropas aliadas. En efecto, en el Comunicado Final de la Conferencia de Yalta,
el 11 de febrero de 1945, se establecía la partición de Alemania y Berlín,
atribuyéndose las zonas de ocupación según avance de las tropas aliadas en territorio
alemán. En este punto es preciso destacar la incorporación de Francia en el
reparto de las zonas de ocupación. Si bien es cierto, Francia no había sido
invitada a la Conferencia, finalmente fue contemplada por los líderes Aliados,
Churchill, Roosevelt y Stalin, como uno de los países vencedores, que merecía y
debía hacerse cargo del futuro de Alemania. La Conferencia de Potsdam celebrada
entre el 17 de junio y el 2 de agosto de 1945, ratificó la partición de
Alemania entre las cuatro potencias vencedoras. Berlín no era considerado parte
de Alemania, ni de la occidental ni de la oriental, sino que se encontraba
oficialmente bajo el régimen de las cuatro aliados victoriosos de la Segunda
Guerra Mundial. Los soviéticos ocupaban un gran sector de la parte oriental de
la ciudad, los norteamericanos tenían un sector en el sur, los británicos en el
oeste y los franceses en el norte. En estas circunstancias, Berlín había sido
dividida en cuatro zonas de ocupación y se hallaba situada en el corazón de la
zona de ocupación soviética.
En
el mapa que se presenta a continuación se puede apreciar claramente la
situación de Alemania y Berlín tras la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos,
Gran Bretaña y Francia se hicieron cargo de la ocupación de la Alemania Occidental;
mientras que la Unión Soviética ocupó la oriental. En este punto debemos
recordar la situación de Polonia frente a los territorios alemanes. Este país
extendió su frontera hacia el oeste sobre territorio alemán, pero no como país
ocupante, sino que concretamente se produjo el desplazamiento de su frontera.
El ensanchamiento de la frontera polaca está reflejado en el mapa con el color
amarillo. Esta frontera fue establecida en 1945, la demarcación sigue los ríos
Oder y el Neisse occidental desde el mar Báltico hasta la entonces frontera
checoslovaca. Esta nueva frontera venía a compensar a Polonia por sus pérdidas
en el este en beneficio de la URSS (línea Curzon). Los aliados occidentales con
reticencias aceptaron en Yalta y Potsdam esta nueva frontera de forma
provisional hasta que se firmara un tratado de paz con Alemania.
Como se puede ver,
Berlín se hallaba en medio de la zona de ocupación soviética. En la ciudad
también se manifiesta la misma distribución de ocupación, es decir, el área
oriental de la ciudad fue atribuida a la Unión Soviética, mientras que la
occidental fue repartida entre Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos.
INTENSIFICACIÓN
DEL CONFLICTO DE LA BIPOLARIDAD:
bloqueo a Berlín 1948-1949
El
18 de junio de 1948, los aliados occidentales dieron un paso más, creando una
nueva moneda para sus zonas de ocupación: el Deutschemark. Los soviéticos
reaccionaron aplicando una reforma en su zona en la que incluyeron a la ciudad
de Berlín, a la que consideraban parte integrante de la zona soviética. Cuando
los occidentales trataron de introducir el Deutschemark en sus zonas de
ocupación de Berlín, las protestas soviéticas se tornaron en actos: se inició
el “Bloqueo de Berlín”. Mediante la interrupción de toda comunicación terrestre
entre las zonas de ocupación occidentales y Berlín occidental. El 24 de junio,
con el pretexto de restaurar algunos puentes sobre el Elba, queda suspendida la
circulación en la autopista, los ferrocarriles y los canales que unían Berlín
con la Alemania del oeste. El factor principal que permitió que se llevara a
cabo el bloqueo de Berlín por parte de la Unión soviética estuvo dado,
esencialmente a partir del hecho que entre las cuatro potencias ocupantes nunca
se habían negociado acuerdos acerca del acceso a Berlín, no se habían convenido
explícitamente los mecanismos de paso.
Según
la perspectiva soviética -que aparece en el Compendio de Historia de la URSS
editado en 1966-, las razones del bloqueo se explican esencialmente a partir de
la conducta de las potencias occidentales, al poner fin a los acuerdos de
Potsdam, referidos al control cuatripartito de Alemania. Esta situación se
habría manifestado en la aplicación de la reforma monetaria llevada a cabo
separadamente en junio de 1948. “El 20 de junio se anunció inesperadamente la
reforma monetaria separada en las tres zonas occidentales, preparada
secretamente. Los viejos marcos alemanes, desvalorizados fluyeron
inmediatamente a Alemania Oriental, creando el peligro de causar enorme daño a
la economía de esta zona. Ante ello las autoridades soviéticas tuvieron que
adoptar medidas urgentes. Con el objeto de cerrar el paso a los especuladores
se instauró el control de mercancías y viajeros procedentes de Alemania
Occidental. La administración militar soviética dispuso que se le encargara de
todo el abastecimiento de Berlín Occidental, en lo que a víveres se refería,
para que la población no sufriera privaciones. Pero las autoridades de
ocupación occidental se opusieron a ello”.
Desde
esta perspectiva, “el puente aéreo” organizado por los Estados Unidos habría
sido una mera maquinaria propagandística, ya que era innecesario, pues, la
Unión Soviética había estado presta a ofrecer el abastecimiento al Berlín
Occidental.
Ante
el bloqueo de Berlín la reacción occidental no se hizo esperar. Los
norteamericanos, con una pequeña ayuda británica, organizaron un puente aéreo
que durante once meses y mediante más de 275.000 vuelos consiguió abastecer a
la población sitiada. Al mismo tiempo, la Casa Blanca hacía saber al Kremlin
que no dudaría en usar la fuerza para hacer respetar los “corredores aéreos”
que unían Berlín con la Alemania occidental. En este momento la crisis de
Berlín se convierte en un clásico conflicto de la Guerra Fría. En él, ambas
partes midieron su fuerza y decisión. Los soviéticos midieron la voluntad
occidental, mientras que los EEUU dieron prueba de firmeza. Rehusaron abandonar
Berlín, pero no hicieron ningún gesto directamente agresivo contra la URSS. En
efecto, este tipo de ofensivas y reacciones se seguirá repitiendo durante toda
la Guerra Fría. Cada una de las partes barajó un conjunto de riesgos
calculados, procurando dar pie atrás cada vez que el riesgo de un conflicto
abierto y directo estuvo próximo a suscitarse.
El
12 de mayo de 1949, Stalin levantó el bloqueo de Berlín. Pero la división
definitiva de la ciudad ya había comenzado a tomar forma. El 8 de mayo de 1949
se adoptó la ley fundamental de la futura República Federal de Alemania. Esta
constitución estableció un sistema liberal democrático y contó con el visto
bueno de las potencias occidentales. En Septiembre de aquel mismo año, Konrad
Adenauer fue elegido su Canciller.
Por
su parte, la URSS, respondió el 7 de octubre de 1949, con la proclamación de la
constitución de la República Democrática de Alemania, un estado creado
siguiendo el modelo de las “democracias populares”. Terminada la crisis, la
indefinición respecto de la autoridad legal acerca del acceso a Berlín siguió
siendo igual de indefinida, ya que nunca se llevaron a cabo acuerdos entre las
partes.
Esta
partición de Alemania era la concreción en el corazón de Europa de la división
bipolar del mundo: sólo unos días antes, el 4 de abril de 1949, se firmaba en
Washington el Tratado del Atlántico Norte, con el que se emprende el último paso
para consolidar los bloques, ahora desde el punto de vista militar.
Extractos de: Henríquez, Orrego, Ana,
Propuesta Didáctica para la enseñanza de la Guerra Fría, PUCV, Viña del Mar,
2005.
https://www.youtube.com/watch?v=M4zIPGGwz58
https://www.youtube.com/watch?v=M4zIPGGwz58
La
opción más radical: EL MURO DE BERLÍN
Se calcula que
desde 1950 hasta la construcción del muro en 1961, 3.500.000 de alemanes
orientales habían abandonado el país. En diciembre de1957 se prohibió la salida
de la RDA sin permiso y con el castigo de 3 años de cárcel para aquellos que no
tuvieran autorización.
Solo en 1960,
cerca de 200.000 personas incrementaron el número de quienes habían iniciado
una nueva vida en Alemania occidental, una cifra que seguía creciendo en los
primeros meses de 1961 a un ritmo de 1.000 personas diarias. Las autoridades
soviéticas y los dirigentes germano-orientales estaban dispuestos a poner fin
al daño económico y al mal ejemplo que representaba la fuga masiva de
habitantes de la R.D.A.
El 12 de
agosto de 1961 se alcanzó la cifra récord de 4.000 personas en 24 horas. Al día
siguiente, con un impresionante despliegue de soldados y policías, comenzó la
construcción del muro, que estuvo terminado en apenas 48 horas, convirtiéndose
en la máxima expresión del ‘telón de acero’. Literalmente fue una barrera de
hormigón de 47 kilómetros de largo y cuatro metros de alto que se interpuso
dando lugar a dos formas de vida diferentes. Con el tiempo, llegó a tener una
longitud de 169 kilómetros (111 de cemento y 58 de alambrada).
La finalidad
de su construcción fue evitar la fuga de alemanes orientales, pero la
explicación oficial, avalada por la URSS, sostenía que se intentaba impedir que
los espías occidentales y otros agentes del fascismo entraran en la zona
comunista berlinesa.
En los 28 años
y tres meses de vida del Muro siete personas fueron detenidas a diario por
querer huir del régimen germano oriental. 240 personas fueron muertas y 75.000
encarceladas por intentar cruzar el muro. Quienes pagaban más cara su osadía
eran los guardias. Lo intentaron con éxito 2.500, pero otros 5.500 fracasaron y
pagaron con una media de cinco años de cárcel.
Reelaborado de:
FUENTES, Juan Francisco / LA PARRA LÓPEZ, Emilio; “Historia Universal del Siglo
XX: de la I Guerra Mundial al ataque a las Torres Gemelas”; Madrid, España;
2001.
MATERIAL AUDIOVISUAL
Explicación
soviética a la construcción del Muro de Berlín
“En
los primeros años posbélicos el gobierno soviético hizo todo lo que estaba a su
alcance para crear una Alemania única y pacífica. A raíz de la política de las
potencias occidentales, con relación a Alemania, este país se dividió en
1948-1949 en dos partes económica y políticamente aisladas la una de otra,
desarrollándose luego por caminos completamente distintos. En la parte
occidental, el régimen burgués, la prepotencia del capital monopolista y los
propietarios de enormes haciendas, y en la oriental, el poder de los obreros y
campesinos y la construcción del socialismo. Además, después de incluirse la
República Federal Alemana en la Unión de Europa Occidental y la OTAN, se hizo
todavía más complicado y difícil el camino de la unificación del país que antes
de 1954-55... El tratado de paz con Alemania pasó a ser uno de los problemas
centrales de la vida internacional... han transcurrido más de dos decenios y en
el centro de Europa siguen sin apagarse las llamas de la Segunda Guerra
Mundial. Berlín Occidental se ha convertido en un nido de espionaje
internacional y de actividad subversiva contra la RDA. El Gobierno de la URSS
estima que la mejor solución del problema, que debería reflejarse en el tratado
de paz consiste en transformar Berlín occidental en ciudad libre, exenta de
toda ocupación extranjera y ligada en el aspecto económico tanto con el Oeste
como con el Este. Ninguna propuesta fue aceptada por las potencias
occidentales. Además, los servicios de espionaje de los EE.UU., Inglaterra,
Francia y la RFA incrementaron su actividad subversiva contra la República
Democrática Alemana, valiéndose para ellos del acceso, casi incontrolado, a la
Alemania del Oeste a través de las vías de comunicaciones terrestres y
subterráneas de Berlín. El 13 de agosto de 1961, el gobierno de la República
Democrática Alemana adoptó ciertas medidas para reforzar su frontera con Berlín
Occidental. A lo largo de la línea que divide la ciudad en dos partes se
construyó un muro, con lo cual se levantó una barrera insuperable interceptando
el camino de los espías, saboteadores y especuladores procedentes del Oeste.
Las potencias occidentales reaccionaron frente a ello con una ola de histerismo
belicista y demostración de fuerza. Ante tal situación la Unión Soviética hubo
de adoptar ciertas medidas para reforzar la capacidad de defensa de la URSS,
que hicieron entrar en razón a los medios militaristas de Occidente y ayudaron
a crear la crisis que habían creado. La historia de los últimos años y, en particular,
la crisis internacional surgida en agosto-septiembre de 1961 a raíz del
problema de Berlín, vinieron a demostrar una vez más el peligro que supone la
ausencia de un tratado de paz con Alemania”.
Academia
de Ciencias de la URSS, Instituto de Historia, Compendio de Historia de la
URSS, 2º parte, Ed. Progreso, Moscú 1966.
Discurso
de J. Kennedy en Berlín. 11 de junio de 1963
“Hay
mucha gente en el mundo que realmente no comprende o dice que no lo comprende
cuál es la gran diferencia entre el mundo libre y el mundo comunista. Decidles
que vengan a Berlín. Hay algunos que dicen que el comunismo es el movimiento
del futuro. Decidles que vengan a Berlín. Hay algunos que dicen en Europa y en
otras partes “nosotros podemos trabajar con los comunistas”. Decidles que
vengan a Berlín. Y hay algunos pocos que dicen que es verdad que el comunismo
es un sistema diabólico pero que permite un progreso económico. Decidles que
vengan a Berlín. La libertad tiene muchas dificultades y la democracia no es
perfecta. Pero nosotros no tenernos que poner un muro para mantener a nuestro
pueblo, para prevenir que ellos nos dejen. Quiero decir en nombre de mis
ciudadanos que viven a muchas millas de distancia en el otro lado del
Atlántico, que a pesar de esta distancia de vosotros, ellos están orgullosos de
lo que han hecho por vosotros, desde una distancia en la historia en los
últimos 18 años.
No
conozco una ciudad, ningún pueblo que haya sido asediado por dieciocho años y
que vive con la vitalidad y la fuerza y la esperanza y la determinación de la
ciudad de Berlín Occidental. Mientras el muro es la más obvia y viva
demostración del fracaso del sistema comunista, todo el mundo puede ver que no
tenemos ninguna satisfacción en ello, para nosotros, como ha dicho el Alcalde,
es una ofensa no solo contra la historia, sino también una ofensa contra la
humanidad, separando familias, dividiendo maridos y esposas y hermanos y
hermanas y dividiendo a la gente que quiere vivir unida.
¿Cuál
es la verdad de esta ciudad de Alemania? La paz real en Europa nunca puede
estar asegurada mientras a un alemán de cada cuatro se le niega el elemental
derecho de ser un hombre libre, y que pueda elegir un camino libre. ...La
libertad es indivisible y cuando un hombre es esclavizado ¿quién está libre? Cuando
todos son libres, ellos pueden mirar a ese día, cuando esta ciudad está reunida
y este país y este gran continente de Europa esté en paz y esperanza. Todos los
hombres libres, dondequiera que ellos vivan, son ciudadanos de Berlín. Y por lo
tanto, como hombres libres, yo con orgullo digo estas palabras “Yo soy un
berlinés”.
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