viernes, 18 de octubre de 2019

DESCOLONIZACIÓN Y TERCER MUNDO


AUDIOVISUAL DE LA DESCOLONIZACIÓN















LA DESCOLONIZACIÓN. EL TERCER MUNDO Y EL PROBLEMA DEL SUBDESARROLLO
El proceso de descolonización constituye uno de los más decisivos factores de la configuración de una nueva realidad histórica en el panorama global de la época actual, y ha dado origen no solo a un nuevo Tercer Mundo, con una dinámica interna propia, sino también a una serie de cuestiones y problemas que se proyectan directamente en el plano de la historia universal.
La descolonización tiene como consecuencia la independencia, pero esta, sin embargo, no se alcanza en muchos países de una forma completa, pues aunque la mayoría consigue su soberanía política, los lazos que les unen al pasado colonial quedan profundamente estrechados, manteniéndose una dependencia social, económica y cultural que condicionan su posterior desarrollo cayendo en una nueva modalidad de colonialismo.

No debemos olvidar un nuevo factor descolonizador: el apoyo que a los procesos en inicio prestan los países que ya han accedido a la independencia; se trata de un movimiento de solidaridad que alcanza su cenit en la CONFERENCIA AFRO-ASIÁTICA DE BANDUNG (1955. Isla de Java, Indonesia). Un año antes, los países ya independizados, encabezados por Ceilán, India, Pakistán, Indonesia y Birmania establecieron una serie de objetivos para esta conferencia:
• Favorecer las relaciones amistosas entre las naciones africanas y asiáticas.
• Examinar los problemas (económicos y sociales) de los países asistentes.
• Analizar lo relativo a la soberanía nacional, racismo y colonialismo.
• Valorar la posición de África y Asia en el contexto mundial.
La conferencia estuvo presidida por el Presidente de Indonesia (Ahmed Sukarno) que junto con Nehru (India) fueron los padres de la idea. La presencia de delegaciones fue más asiática que africana. Paralelamente Europa se posicionó temiendo agitaciones (los líderes independentistas y los "revoltosos" fueron encarcelados).
PROCESO DESCOLONIZADOR: RASGOS, ETAPAS Y AREAS
Según M. Madridejos la descolonización pacífica implicó la alianza o el entendimiento del poder colonial con la burguesía autóctona (cuando la hubo) o con los jefes tradicionales o con algún líder carismático. Concediendo la independencia las potencias pretendían encontrar otra vía mas sutil de dominación. Esta es la vía aplicada en casi toda el África negra.
El poder colonial provocó divergencias entre las fuerzas de la colonia a fin de imponer mejor sus condiciones o de asegurarse una permanencia en la zona. Este sería el caso de la partición de la India, basada en el fanatismo religioso excitado por la metrópoli para debilitar al partido del Congreso.
Cuando la independencia fue reclamada por un movimiento popular que podría hacer cambiar al nuevo país de bando, la guerrilla o la guerra abierta fueron fenómenos corrientes. Estos fueron los casos de Malasia, Indochina y Argelia.
En zonas donde los conflictos civiles estaban presentes, las metrópolis se aliaron con los bandos más nacionalistas conservadores y no dudaron en respaldar a regímenes dictatoriales. Casos de Filipinas, Vietnam y Corea del Sur.
ETAPAS DEL PROCESO DESCOLONIZADOR
Durante la Primera Guerra Mundial y el posterior período de entreguerras los territorios del Oriente Medio y del Sur del Mediterráneo fueron los más afectados. El avance de la oposición a la presencia europea en los países musulmanes creció, pero la desunión en el seno islámico propició la creación de nuevas formas de dominación (protectorados…) en la zona. Incluso países ya independientes (Irán, Afganistán, Turquía…) fueron víctimas de la intromisión francesa o británica en sus asuntos internos.
Tras la Segunda Guerra Mundial se abre el proceso descolonizador en toda su magnitud, siendo Asia la zona en la cual el proceso, ya abierto pero no concluido desde el XIX; aquí y ahora se escapa al control europeo y norteamericano. En Asia, según J. Chesneaux debe tenerse en cuenta la acción de los grupos y partidos nacionalistas, generalmente conservadores, y en la que suele darse dos tendencias: una de organización casi secreta (caso del Kuomintang chino), y otra que se constituye en "comité de notables" (Caso del Partido del Congreso, de la India). El movimiento nacionalista se debe entender como el "conjunto de manifestaciones políticas, sociales y culturales que expresan las aspiraciones de un pueblo en su liberación". Los partidos políticos que dirigen estas actuaciones buscan, no solo la independencia, sino también una transformación social. Esta mezcla de intereses se dio mucho en el caso de Asia.
Japón había ejercido sobre su entorno el principal papel imperialista. Su desarrollo económico la había convertido en la principal potencia asiática. Japón ejerció en su entorno un efecto deslumbrante. China y su revolución supuso un acicate para la insurrección y para la difusión de ideas comunistas en Asia, aunque de un comunismo adaptado que hacía imposible la existencia de un socialismo no revolucionario.
India vio como el nacionalismo, existente desde antes, cobraba vida durante la Primera Guerra Mundial , acto que coincide con la labor de Gandhi. Durante el periodo de entreguerras la actividad fue creciendo, apoyada por dos corrientes: el Partido del Congreso y la Liga Musulmana; las diferencias entre ambas acabaron dando pié a la aparición de dos países diferenciados en lo religioso: India y Pakistán.
En África la presencia europea se prolonga hasta pasada la 2 G.M. En 1975 prácticamente la totalidad del continente es independiente. El proceso abarca tres periodos:
• 1945-1955: época de los tanteos. Los partidos nacionalistas empiezan a contar con el
apoyo de las masas.
• 1955-1962: época de la independencia de la gran cantidad de países. . Comenzó en el Norte.
• 1962-1980: Se consolida el proceso. 1975 es el año de conclusión de la descolonización.
La independencia de África, como se observa, comenzó también por los países musulmanes, aunque en África es más tardía que en África. Aquí el anticolonialismo, además de mostrarse antirracista y nacionalista, se ha orientado frecuentemente hacia el socialismo, que se define en esta variante africana como humanista, no dogmático y basado en el carácter religioso del africano. En el África negra, Reino Unido dio luz verde a los procesos independizadores a partir de la 2ª G.M., basándose en la experiencia asiática, ya que podía ofrecer una institución de acogida (Commonwealth). El África francesa, basada en el concepto de asimilación, había creado la Unión Francesa (equivalente al órgano británico); en el seno de esta institución fueron creciendo los partidos nacionalistas. En el ’58 se creó la Comunidad Francesa para regular las nuevas relaciones. En 1960 se independiza la práctica totalidad de las colonias francesas. El África Belga comienza a plantearse tímidamente el proceso en plena efervescencia de los ’50s; tras problemas Bélgica reconoció rápidamente la independencia en 1960. Las colonias españolas y portuguesas : tras su entrada en la ONU España cambia su política y provincializa las colonias africanas para, poco después, otorgar autonomías que desembocan en independencia ( Guinea : 1968) o cesión a otros países (Ifni a Marruecos 1969) o ceder la zona a varios vecino (Sahara 1975). Portugal fue el país europeo más tardío en otorgar independencia a sus colonias: la revolución de los claveles (1974) , propiciada por el descontento sobre política colonial, aceleró pacíficamente el proceso.
EL TERCER MUNDO LOS PROBLEMAS DEL SUBDESARROLLO

La plena soberanía alcanzada por las naciones tras la independencia no ha supuesto para la inmensa mayoría de ellas una mejora en las condiciones de vida de sus habitantes. La evolución de muchos países se ha visto frenada por conflictos que son consecuencia de una inestabilidad estructural. A menudo se han sucedido enfrentamientos y golpes y contra golpes de estado, fruto de los partidos políticos que sirvieron en su momento de catalizadores de la independencia. La tendencia al "partido único" ha sido algo a lo que pocos países se han sustraído, justificando así las dictaduras militares y los gobiernos revolucionarios. Los ejércitos han desempeñado frecuentemente un papel protagonista, aunque frecuentemente se ha visto dividido entre una mayoría de soldados analfabetos y una minoría de oficiales aculturados y ligados a la modernidad. Conflictos fronterizos y étnicos como los presentes de Centro-África vienen a completar este panorama.
El Neocolonialismo
Según el Prof. Arroyo se trata de "el dominio o influencia de las grandes potencias sobre países políticamente independientes, para asegurarse la explotación de sus recursos económicos y su fidelidad diplomática. Como el colonialismo, es otra forma de imperialismo, pero, a diferencia de aquel, no violenta, al menos teóricamente, las instituciones soberanas del país dominado; solo se asegura el control económico". No se trata de algo nuevo, ya lo practicó USA en Sudamérica durante el XIX. Se trata de mantener las ventajas económicas, los mercados y los proveedores de materias primas pero sin ninguno de los inconvenientes de sistemas anteriores. 
El Subdesarrollo
El término intenta definir algo que solo puede explicarse por la carencia de algo ajeno. No podemos decir que sea una situación igual en todos los países que así catalogamos, pero sí que presentan rasgos semejantes. Términos anexos a este son los de "País en vías de desarrollo" (el fenómeno visto desde el lado economicista) y "Tercer Mundo / No alineados" (visto desde la perspectiva política). El subdesarrollo se manifiesta a través de una serie de rasgos y características; según el prof. Y. Lacoste , catorce son las características:
1. Insuficiencia alimentaria (menos de 2,600 calorías/día)
2. Graves deficiencias en la población (altas tasas de mortalidad infantil, analfabetismo…)
3. Infrautilización o desaprovechamiento de recursos naturales.
4. Elevado índice de agricultores con baja productividad.
5. Industrialización incompleta o restringida.
6. Hipertrofia y parasitismo del sector terciario.
7. Dependencia económica.
8. Baja renta per cápita.
9. Dislocamiento de las estructuras tradicionales económicas y sociales.
10. Escasa integridad nacional.
11. Debilidad de las clases medias en relación con el reducido porcentaje de población urbana.
12. Paro, subempleo y trabajo infantil.
13. Elevado crecimiento demográfico.
14. Toma de conciencia de su estado. 



miércoles, 16 de octubre de 2019

El año 68 en Uruguay.

El desborde del 68 en clave uruguaya


Liber Arce por Ombú.
Por debajo de las grandes manifestaciones fue asomando las orejas una cultura política diferente a la hegemónica, aquella suavemente ondulada que interiorizamos desde niños. Esa cultura nunca se convirtió en sentido común, no encarnó en las instituciones ni en los modos de hacer de los grandes partidos, pero fue capaz de darle forma a ese otro país que, a pesar de los pesares, germina pero nunca termina de nacer.
El 68 estudiantil uruguayo fue una energía juvenil colectiva que se hizo sentir en todos los poros de la sociedad, desde la cotidianidad de la vida familiar hasta las bulliciosas movilizaciones callejeras, impactó en los hábitos y hasta en las formas de vestir, por lo que no puede circunscribirse a un solo plano de la vida. Mucho tiempo después fuimos descubriendo los impactos, que siguen sorprendiendo por su capacidad de darle color a la vida, en este país de grisuras.
El 68 fue el año de la ofensiva del Tet en Vietnam, que descarriló la invasión estadounidense, pero también el de la invasión soviética a Checoslovaquia, el asesinato de Martin Luther King, que incendió los guetos negros, el más mediático de París y el trágico de la masacre de Tlatelolco, para alfombrar la realización de los Juegos Olímpicos en Ciudad de México. Un año antes había visto la luz Cien años de soledad y en el 68 se empezó a hablar del boom de la literatura latinoamericana, que puede haber sido el mayor impacto en la cultura escrita en la historia de nuestro continente.
CONMOCIONES. En rigor hubo dos 68 en Uruguay: el de los estudiantes, ese mismo año, y el de los obreros, al año siguiente. La revuelta estudiantil se concentró en cinco apretados meses, entre la dura represión policial a la marcha del Primero de Mayo, focalizada en la columna de los cañeros llegados de Artigas, y el cierre de los centros de enseñanza secundaria, Utu y la Universidad, decretado por el gobierno de Jorge Pacheco Areco en la tercera semana de setiembre, para contener las protestas.
En esos 140 días se produjeron del lado estudiantil 56 huelgas, 40 ocupaciones de centros, 220 manifestaciones y 433 “atentados”, en general pedreas y lanzamiento de bombas Molotov a comercios identificados con Estados Unidos, como Pan American y General Electric, entre otros. En paralelo, el movimiento sindical realizó a lo largo de todo el año 164 huelgas, 447 paros y 87 ocupaciones, entre empresas públicas y privadas. Los datos vienen recogidos en uno de los libros dedicados a lo sucedido ese año: 1968: la revuelta estudiantil, del historiador y luego decano de la Facultad de Ciencias Sociales Jorge Landinelli.1
Si contamos sólo los días hábiles, en esos meses los estudiantes realizaron casi dos manifestaciones diarias y cuatro acciones por día (conocidas como “manifestaciones relámpago”), que involucraban a pequeños grupos de jóvenes, desprendidos de las manifestaciones masivas o autoconvocados, que lanzaban bombas de alquitrán o incendiarias y se dispersaban rápidamente. Además de las empresas identificadas con el “imperialismo yanqui”, eran objeto de la ira estudiantil las empresas nacionales en conflicto, dependencias policiales y locales de partidos políticos tradicionales, en particular del gobernante Partido Colorado.
Según el libro publicado ese mismo año, La rebelión estudiantil, de Carlos Bañales y Enrique Jara, ya a mediados de mayo había diez liceos ocupados, dos cerrados por huelga y otros tres clausurados por las autoridades para evitar la ocupación.2 El activismo estudiantil había escalado desde la lucha por el precio del boleto hasta la solidaridad internacional (Vietnam ocupaba portada tras portada de Marcha) y la solidaridad con los gremios obreros en conflicto, la militarización de funcionarios públicos y la aplicación de medidas prontas de seguridad.
Casi todos los días se registraban enfrentamientos con la Policía y la Guardia Metropolitana. Pero a fines de mayo los estudiantes de magisterio, que tenían ocupado el Instituto Normal, del Prado, comenzaron a realizar “contracursos” con los mismos docentes y en los mismos espacios, pero bajo “control estudiantil”, una medida que según Bañales y Jara se practicaba “por primera vez en la historia de Uruguay”. La innovación fue muy bien recibida por los liceales, que rápidamente la generalizaron, agregándole en algunos casos los “peajes” con entrega de volantes a los automovilistas.
En junio la protesta se extendió a Utu y a varias facultades, en particular Medicina y Agronomía, mientras varios estudiantes eran heridos por balas policiales. En julio el gobierno militarizó a los trabajadores de Ute, Ose y Ancap y la Policía allanó la sede de la Cnt y cuatro facultades, violando la autonomía universitaria. A partir de este momento, las luchas estudiantil y obrera se entrecruzaron y se generaron acciones conjuntas: barricadas de estudiantes de medicina y obreros de Alpargatas en las inmediaciones del Palacio Legislativo, confluencia de obreros frigoríficos y estudiantes en el Cerro.
La muerte de Liber Arce el 14 de agosto y de Hugo de los Santos y Susana Pintos, el 20 y 21 de setiembre, con masivas concentraciones en los respectivos cortejos fúnebres, llevaron al Ejecutivo a clausurar los cursos, el 22 de ese mes, mientras la Cnt decretaba un nuevo paro general.
UNA DOBLE INFLEXIÓN. Si posamos la mirada en lo sucedido puertas adentro de los gremios, en particular en secundaria y Utu, que eran los menos institucionalizados, veremos cómo el desborde tuvo también una cara interior. Los dos trabajos citados destacan que las instituciones estudiantiles fueron sobrepasadas por el activismo juvenil. Mientras en la Feuu las fuerzas conservadoras y las radicales estaban más equilibradas (las primeras defendían la invasión a Checoslovaquia y las segundas la condenaban), en Utu fue donde las prácticas colectivas fueron más novedosas, mientras en el Iava se habían vuelto habituales las asambleas por clase y la asamblea de delegados para la toma de decisiones.
Algunos gremios en las escuelas de la Utu eliminaron la figura del “secretario general” o alguna similar, y entre sus fines figuraba, además de la impugnación del régimen, evitar el surgimiento de una “casta dirigente”, según recoge el trabajo de Bañales y Jara, mediante el control de los delegados electos para evitar que se autonomizaran de las asambleas que los mandataban.
Esta incipiente cultura política que apareció fugazmente en 1968, llegó a ser moneda corriente en algunos gremios estudiantiles y en algunos sindicatos, en particular entre los textiles liderados por Héctor Rodríguez y en Funsa, bajo la batuta de León Duarte. Y poco más. Desde 1971 se refugió en algunos comités de base del recién creado Frente Amplio, cuyas fuerzas hegemónicas no habían contemplado la necesidad de esos colectivos poblados de “independientes”, siempre sospechosos de “desviaciones”. El primero surgió en la textil Alpargatas y pronto se multiplicaron hasta rebasar los 500 sólo en Montevideo.
En los estertores de la dictadura esa cultura nómade renació en el Plenario Intersindical de Trabajadores, desde 1983, hasta que el conservadurismo la atrapó en su telaraña. Renació con inusitado vigor en muchas de las 300 comisiones barriales que impulsaron el referéndum contra la ley de caducidad, enhebrando sus potencias con el rock nacional (que los conservadores tildaban de “imperialista”).
Esa contracultura, o como quiera llamarse a los modos de hacer anclados en la vida cotidiana que no buscan la hegemonía sino potenciar la diferencia, se expresó en cada referendo convocado y en las ocupaciones liceales de 1996. Sigue viva, pero sólo asoma las orejas cuando quiere, o puede; o cuando los políticos institucionales están distraídos en sus negocios.

  1. Publicado por Banda Oriental en 1989.
  2. Publicado por Arca en 1968.

Un libro muy actual: Carlos Demasi y “El 68 uruguayo. El año que vivimos en peligro”
Presentación del Libro: https://www.youtube.com/watch?v=wmnbZQJijZ4

HISTORIA PARA QUÉ, LOS PROTAGONISTAS Y LOS PROCESOS DE LA HISTORIA RECIENTE Y CONTEMPORÁNEA

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